La conversión de Oiz
En la antigua
ciudad de Balandra, vivían Oiz y Aen, ambos semidioses. Oiz era hijo de
Dionisio, dios del vino y el placer, Aen por su parte, era hija de Atenea,
diosa de la sabiduría.
Un día,
Dionisio y Atenea pusieron a prueba la lealtad de sus hijos, retándolos a que cada
uno convirtiera al otro de acuerdo con su modo de vida al hijo de su
adversario. Oiz era un joven acostumbrado al desenfreno y a asistir a festejos
que se alargaban varios días llenos de vicios y perdición; Aen, en cambio, era
una joven reservada, era responsable y respetaba su integridad.
Dicho reto
falló desde el principio, pues en el momento en que Oiz y Aen cruzaron miradas,
cayeron en un profundo amor.
Con el paso
del tiempo, cada uno comenzó a participar en el mundo del otro. Oiz empezó a
asistir a la escuela, a moderar sus salidas y a que sus borracheras fuesen
menos recurrentes cada vez; mientras tanto Aen comenzó a abrir su mente, se
relajaba más, incluso ocasionalmente acompañaba a Oiz a algunas fiestas.
Con todo eso,
demostraron a sus padres que el verdadero amor te puede cambiar, si es la
persona indicada.
Escrito
por:
Arenas
Rosas Adriana Citlali
García
Berra Anadela
Monterrosas
Hernández Dulce María
La leyenda del nahual
Se cuenta
que hace muchos años, una pareja fue de visita a San José la Portilla, pues
hace mucho no veían a los padres de la joven, de vuelta a su casa ubicada en la
Purísima de Hidalgo, pasaron por una barranca, en donde notaron algo inusual, se
trataba de un perro muy bonito lo que a trajo su atención, logrando que estos
bajaran a él porque se encontraba lastimado y no podía moverse.
La joven lo
cargó en brazos hasta su casa y al llegar curaron sus heridas y decidieron amarrarlo,
porque era demasiado grande y llamaba la atención de las personas, lo cual
podría ocasionar que escapara, para lograr su pronta recuperación decidieron alimentarlo,
pero la pareja no notaba ninguna mejoría, pues seguía triste, se les hizo
extraño que no hiciera ningún tipo de ruido y que mantuviera la mirada fija en
ellos.
Así pasaron
los días y el perro seguía igual, por lo que murió el mismo día y a la misma
hora en el que fue encontrado.
Entonces la
pareja lo tiró a la orilla del panteón, para eso lo amarraron del remolque y se
lo llevaron arrastrando; al pasar por la calle mucha gente lo vio, resaltando
la presencia de la maestra Sara Vidal, que pidió que observaran al perro, puesto
que su aparato reproductor era parecido al de un hombre y no al de un perro, lo
que ocasionó la curiosidad de las personas, pero no supieron dar una
explicación. Pasó el tiempo y los restos del animal se deshicieron, hasta sólo
quedar sus huesos y pelaje.
Un día
llegaron ciertas personas preguntando por un perro y la gente dio razón de
dónde se encontraba. Se cuenta que recogieron sus restos porque se trataba de
un familiar, ocasionando que la población creyera que se trataba de un nahual.
Investigado
por:
Notario
Pérez Jessica Janeth
Hernández Dolores Belen
Lizbeth
García
Berra Anadela
La cueva maldita
Se cuenta que,
en el cerro de Tecamachalco, hay una cueva en torno a la cual se conocen
múltiples leyendas. Una de ellas dice que está maldita porque las personas que
se han aventurado a entrar desaparecen sin dejar rastro. Hay quien relata que,
en dicho lugar, habita el alma de una mujer, quien fue brutalmente asesinada muchos
años atrás, y cuentan que al sentirse sola, hace que las personas nunca vuelvan
a salir.
Hace unos
años, se supo de un grupo de jóvenes, que atraídos por la aventura subieron a
altas horas de la noche en busca de la mentada mujer. Sólo uno de ellos
sobrevivió, y es quien en su momento relató la historia, contó que él y sus
amigos se habían enterado de la leyenda, en voz de su abuelo, y siendo tan
jóvenes decidieron subir. No tenían bien en claro, cómo se llegaba al lugar, pues
sólo la habían visto a lo lejos, desde el panteón municipal, pero, aun así, en
la noche comenzaron su travesía. Tardaron dos horas en llegar, afortunadamente llevaban
todo lo necesario para pasar la noche. Una vez en la entrada de la cueva, se
instalaron para esperar; no pasó mucho tiempo, cuando comenzaron a oír quejidos
que venían de más arriba del cerro, los cuales se acercaban cada vez más. El
hombre dijo que no tuvo tiempo de distinguir al espectro, porque corrió a
esconderse atrás de una nopalera. Contó que en su carrera, no vio una pequeña
barranca, en la que cayó y se golpeó la cabeza, desmayándose.
Cuando
despertó ya era de día, por lo que subió a buscar a sus amigos, los cuales
habían desaparecido sin dejar rastro. Y aunque tiempo después los pobladores se
organizaron para subir a buscarlos, la búsqueda fue en vano.
Investigado
por:
Antonio
García Luis Ángel
Arenas
Rosas Adriana Citlali
Enríquez
Cabrera Angélica Lizeth
Escobar
Flores Gael Alejandro
La sirena del ojo de agua
Hace mucho tiempo, en la comunidad de Palmarito Tochapan, existía
un pequeño yacimiento de agua llamado “el ojo de agua” ,el cual beneficiaba a
la población, puesto que se utilizaba para el riego de cultivos, e incluso en
los días calurosos era aprovechado para nadar.
Los habitantes estaban muy contentos con esto, sin embargo, se
empezó a comentar sobre la existencia de un ser sobrenatural que habitaba en el
yacimiento, ya que en varias ocasiones había sido visto por los pobladores.
El ser fantástico se caracterizaba por rasgos fisiológicos
similares a los de una sirena o un animal acuático parecido de una mujer. A
causa de ello, la mayoría de las personas evitaban pasar por aquel lugar
durante la noche, pues se decía que la criatura aprovechando su parecido
a una mujer, seducía a los hombres que se acercaban al yacimiento mediante
suplicas, fingiendo estarse ahogando. En varias ocasiones señores en estado de
ebriedad, los cuales seguramente cayeron en su trampa, eran encontrados al día
siguiente sin vida a la orilla del yacimiento.
En consecuencia, el capataz de la hacienda próxima al “ojo de
agua”, quien estaba cansado de dicha situación, ofreció una recompensa a quien
lograra matar a aquel ser sobrenatural.
Durante mucho tiempo, nadie se atrevió a realizar esta hazaña,
hasta que un día un valiente joven que pasaba por el pueblo acepto dicho
desafío. Esa misma noche el muchacho se dispuso a matar al extraño ser, se
adentró en el yacimiento con un cuchillo de casería, ella se le acerco de
manera muy sigilosa cuando estaba a punto de ahogarlo, pero él logró
desgarrar su garganta.
Después de haber logrado su victoria e ir a cobrar su recompensa
se marchó del pueblo. Se fue sin imaginarse lo que había ocasionado, ya que,
desde aquel momento el yacimiento empezó a secarse.
Investigado por:
Monterrosas Hernández Dulce María
Ramírez Navor Joel
Vélez Gómez Wilh Dennis
Dirección (hipervínculo):
INTEGRANTES:
Garcés Alcántara Michelle
García Berra Anadela
Notario Pérez Jessica
Janeth
Vídeo:Hércules e Hilas.
Dirección (hipervínculo):
Dirección (hipervínculo):
INTEGRANTES:
Gutiérrez Juárez Erick Eduardo
Monterrosas Hernández Dulce María
Navarro Andrade Aura Erika
Video: Perséfone y las estaciones
Antonio García Luis Ángel
Arenas Rosas Adriana Citlali
Jiménez Machorro Karla
Una
coneja que no come zanahorias
En un prado cerca de un
bosque vivía una conejita que no comía zanahorias. Una tarde se acercó a sus
compañeros conejos y era la única que no tenía una zanahoria para el almuerzo.
Un pequeño grupo se acercó y le preguntó: -¿Por qué no disfrutas de las zanahorias?
Son muy deliciosas, además todos lo hacen. Ella respondió: –Prefiero las
lechugas, jitomates o rábanos. Después sus padres le dijeron: –Debes de
alimentarte de zanahorias, son necesarias para vivir. Sin perder la paciencia,
contestó: –Alimentarse es una necesidad, pero no siempre es de zanahorias. Días
después fue a dar un paseo en el bosque y ahí se topó con un pájaro. A éste le
pareció raro que un conejo no cargara con su zanahoria. Se le acercó y
preguntó: -¿A dónde te diriges, lindo conejo, sin tu zanahoria? Con mucha
tranquilidad, la coneja lo sacó de duda: –No todos los conejos están forzados a
cargar con zanahorias y continuó su camino. El pájaro no se lo creía, pues
jamás en su vida había visto un conejo que no devorara ese alimento. Pasó el tiempo
y aunque trataron de convencerla, ella jamás aceptó. Un día los sembradíos de
zanahorias desaparecieron por completo. Los conejos no sabían que hacer, ya que
no sobrevivirían sin ellas. Sería su fin. La conejita se entristecía de la
situación de sus compañeros, así que los llevó a los sembradíos de brócolis,
pepinos, lechugas, rábanos, apios, etc. Al principio no les gustaron mucho,
pero sin otra alternativa, tuvieron que comer otros vegetales. Luego de unos
meses, los conejos recuperaron sus zanahorias, pero ya se alimentaban de otras
hortalizas y se sorprendieron de lo sabrosas que eran.
Ser
diferente no es malo y hay que enfrentarse a muchos estereotipos, sin embargo,
se aprenden muchas cosas que no se lograrían de otra forma.
Escrito por:
Michelle Garcés Alcántara
Anadela García Berra
Aura Erika Navarro Andrade
EL
tigre y el león
Un tigre se acercó al rey león, pues
estaba a punto de morir de hambre y el león se encontraba comiendo un jabalí,
así que le dijo:
-Oye amigo, puedes compartirme un
bocado de tu platillo.
Y el león le contestó
egoístamente:
-Huy, amigo te quedo mal, esto
solo basta para mí.
Así que el tigre triste se fue
con las hienas, quienes sí le invitaron de lo que estaban comiendo.
Pasó el tiempo, y los animales se
encontraron en una dura situación respecto a la comida. El tigre se preparó e
hizo una reserva de alimentos para no morir. Un día el león estaba muy
hambriento y lo que pensó hacer para sobrevivir fue ir con el tigre a pedirle
ayuda. El león dijo: -Hola amigo, te pido que te compadezcas de mí y me regales
un poco de comida. Por lo que el tigre le respondió: -Claro amigo, sabes que
siempre puedes contar conmigo.
Siempre
debes saber compartir, pues nunca sabes cuándo vas a necesitar de alguien.
Escrito por:
Belem Lizbeth
Hernández Dolores
Jessica Janeth
Notario Pérez
Dulce María
Monterrosas Hernández
Fiesta en la granja
Cierto día,
un joven ratón llegó a una granja. Siendo nuevo, se maravilló por todos los
animales que allí vivían, vio una manada de perros, los primeros en acercarse,
los cuales amablemente se ofrecieron a mostrarle el lugar, y quedarse con
ellos.
Durante aquel
recorrido, un alboroto en el patio llamó su atención. No eran otros que los
gatos, con su ya acostumbrada fiesta vesperal.
Al ver al
pequeño animal, los felinos con un extraño brillo en los ojos se acercaron muy
interesados, y lo invitaron ansiosamente a celebrar con ellos su inesperada
llegada, por lo que él felizmente accedió sin pensar.
Los perros,
muy preocupados, le aconsejaron: si te vas con ellos podrías acabar muy mal,
los peligros nos acechan en todo lugar, y sin quererlo en sus estómagos podrías
acabar. Ignorando a los caninos, con sus nuevos amigos se fue a emborrachar. Y
desde aquella tarde, del ratón jamás se volvió a escuchar.
En ocasiones, por querer disfrutar y encajar, a
muchos peligros te expones sin más.
Escrito
por:
Román
Quiñones Dulce Karina
Arenas
Rosas Adriana Citlali
Ramírez
Nabor Joel
RADIO CUENTO
LOS TRES HERMANOS DE J. K. ROWLING
LOS TRES HERMANOS DE J. K. ROWLING
DIRECCIÓN:
INTEGRANTES:
Arenas
Rosas Adriana Citlali
García
Berra Anadela
Monterrosas
Hernández Dulce María
Navarro
Andrade Aura Erika
Notario
Pérez Jessica Janeth
MEMES
El Matadito
Autor: Enrique Serna
INTEGRANTES:
Arenas Rosas Adriana
Citlali
Monterrosas Hernández
Dulce María
MEMES
La ley de
Herodes
Autor:Jorge Ibargüengoitia
INTEGRANTES:
García Berra Anadela
Navarro Andrade Aura Erika
Notario Pérez Jessica Janeth








Excelente radio cuento! Al igual que sus memes! 😂
ResponderEliminarEl radio cuento es extraordinario <3
ResponderEliminarGran trabajo, chicas. :)
ResponderEliminarse la rifaron con los primeros memes XD y lo demas estuvo interesante
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